El espejo frente a mí devuelve a una versión ligeramente pálida, pero con una sonrisa que parece casi real. Un día más, Alice… solo un día más. Repito esas palabras como un mantra mientras termino de ajustar el pequeño moño bajo que Claire insistió en que debía usar para el ensayo. “Nada estrafalario”, decía. “Queremos que mañana sea tu show”.
Me río entre dientes. Si supiera que apenas puedo ver con claridad desde hace unos minutos…
La visión borrosa viene como una ola ligera pero cruel. Parpadeo varias veces. El borde del tocador recupera su forma. Gracias Dios. No necesito un colapso hoy. Mañana tampoco. Dame solo un poco más.
Respiro hondo y salgo del cuarto. Ethan está abajo, revisándolo todo con la emoción de un hombre que espera algo más que una boda: espera una vida nueva. La vida que por nada del mundo pienso permitir que se derrumbe por mi culpa.
Cuando llego a la sala, él se gira y me mira como si fuera la única persona en la habitación.
—Listo, amor —dice con esa sonrisa q