Alessandro resopló y vi el momento en que Chiara le agarró del brazo, intentando llevarlo a otro sitio, pero él enraizó los pies allí.
—No, de verdad somos buenos amigos. Solo que Lari no se encontraba bien y la traje para distraerse un poco.
Úrsula le miró con los ojos brillando y asintió orgullosa hacia Diogo. —Me alegra que te hayas convertido en un hombre tan increíble, mi niño.
Tras charlar un rato más, Úrsula se retiró y un hombre anunció que la subasta iba a comenzar. Iban a subastar las piezas caras que los ricos que estaban allí habían donado a una institución benéfica.
—Vamos a sentarnos —dijo Diogo, ofreciéndome el