Mundo ficciónIniciar sesiónCuando llegamos al aparcamiento subterráneo, Lucas miró a su alrededor con una expresión confundida. Vi cómo sus ojos recorrían todo aquel espacio, como si intentaran entender dónde estaba.
— ¿Dónde estamos? — preguntó frunciendo el ceño. — Y… ¿por qué Fernanda no vino con Bia? ¿Y mi casa…? ¿Me voy ya? ¿O voy directo al cole?
Mi corazón dio un vuelco y abrí la boca para hablar, pero no me salió ni una palabra.
Alice, dándose cuenta de mi nerviosismo, dio un paso al frente con esa sonrisa tranquila que siempre consigue desarmar cualquier situación.
— Tranquilo, Lucas — dijo con voz suave. — Ant







