Ava Hills.
Era el momento de dejar de lado la indecisión y enfrentar mis sentimientos o al menos esa era mi intención con Brad.
El restaurante que elegí para nuestra reunión era acogedor, con un aroma a café recién hecho que me hacía sentir como en casa.
Los meseros iban y venían entre las mesas llevando los platillos.
Yo tomaba un café mientras miraba todo a mi alrededor.
De los nervios me dio hambre, pero me aguanté la tentación de pedir algún postre.
“ Tal vez decidió no llegar“, esa idea me atormentaba.
Perdí la cuenta de la veces que había visto la hora y de la veces que tomé el celular tentada a llamarlo.
Estaba considerando irme porque ya había pasado una hora.
Me disponía a pedir la cuenta cuando lo ví llegar, me sentí un poco nerviosa al verlo.
Tenía tantas cosas que decir que se me olvidaron todas, quizás por la confusión que llevaba dentro.
—Buenas tarde Alfa, Ava.
“ Nunca me saluda de esa forma tan fría, ¿Estará molesto? “, solo le sonreí.
—Disculpa la tardanza — dijo co