Liam Jones
—¿Ya sabes lo que hizo tu hijo? —le dije a mi padre.
Su rostro aún incrédulo mientras miraba esa revista.
Yo todavía tenía la rabia intacta,esa mañana dos socios habían vendido las acciones.
Tal vez pensando que ya mi empresa se verá perjudicada.
Mi padre fue a mi oficina para hablar de negocios,era el momento oportuno para tener una conversación.
Él no sabía de los errores de su hijo. Mi padre apenas pestañeó antes de estallar:
—Se volvió loco tu hermano. ¡Todo es culpa de esas mujeres! Malditas sean, desde que llegaron a tu vida, lo arruinaron todo, Mel y Ava.
No pude contenerme ante sus palabras. La ira se encendió en mí, como una chispa en un barril de pólvora.
—¡No te metas con Ava! Ella es la víctima en todo esto, padre. La culpa es de tu hijo Noah que ahora me deja mal y se hace la víctima.
—Mi lobezno lo que quiere es dinero. Lo dejamos en la calle.
Sus palabras fueron punzantes. Me dolían más de lo que quería admitir.
¿Cómo podía decir eso de Noah? Sabía que