Liam Jones.
En la penumbra de un bar exclusivo observaba a las mujeres bailar.
Sus movimientos fluidos y provocativos atraían miradas libidinosas.
El bar estaba lleno de hombres dispuestos a gastar su dinero en un instante de placer.
Mientras tomaba un sorbo de whisky, me hundía en recuerdos dolorosos.
Mi vida dio un giro inesperado con la llegada de Mel. Su presencia era mi mundo.
Cada mirada de sus profundos ojos color esmeralda me atrapaba, haciéndome sentir completo, pero al mismo tiempo extremadamente vulnerable.
Mel no era solo hermosa; era mi todo. Pero cada vez que decía que debía regresar a casa, una opresión en mi pecho me hacía desear que ese momento nunca llegara.
Había tanto que anhelaba compartir con ella, tantas promesas que deseaba hacerle, y el vacío que dejaba su ausencia pesaba sobre mí .
Fue devastador darme cuenta de que el golpe más profundo provenía de quien menos esperaba: mi propio hermano, Noah.
El licor adormece mis penas mientras los recuerdos fluyen co