Ava Davis.
El día del divorcio llegó cuando menos lo esperaba. Debería de estar alegre porque al fin seré una mujer libre.
Sin embargo no es así, nunca pensé que me dolería tanto plasmar mi firma,mi amor por Liam se resume en una hoja con letras de tinta oscura.
Una resolución que divide mi vida en un antes y un después de él,no soy la misma Ava que le dijo “sí, acepto”.
Lo miro a los ojos y lo que encuentro es dureza,me pregunto,¿Qué le hice para que me mire de esa forma?
Trago saliva para pasar ese nudo de angustia que se forma en mi garganta.
“Es lo mejor, ¡Firma ya! “, Es lo que me digo a mi misma para darme ánimo.
Mis dedos se tensaron al empuñar el bolígrafo, y un sudor frío me corrió por la frente.
Firmar el divorcio era una especie de clausura, un último adiós a lo que había sido nuestra breve unión.
Es normal que me sienta devastada,nadie se casa con la idea de un divorcio, aunque el nuestro no era un matrimonio convencional; aún así me duele y mucho.
Por mí no quedó porq