Liam Jones.
El día había sido largo y agotador. Mi mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos sobre el divorcio.
El futuro incierto que me esperaba y, por supuesto, Ava. Su esencia se negaba a salir de mi mente.
La hija de Edwards Hills, seguía insistiendo en seducirme,yo respeto mucho a su padre y además todavía soy un hombre casado.
Eso a ella no le importaba se coló en mi oficina,me invitó a dar una vuelta.
—Si esperas a que confirme algo aquí—No aparté la vista del computador.
De repente ella dio un brinco salvaje y sensual. Selene, con su presencia ardiente y segura, se posó a horcajadas en mis piernas.
Ese instante fue un contraste abrumador: la realidad fría del papeleo legal de mi divorcio contra la atracción brillante y seductora que emanaba Selene.
Con sus suaves manos desabrochaba lentamente mi camisa, noté que no tenía bikini debajo de su diminuta minifalda.
Me di cuenta porque le acaricié los muslos y mi mano rodó un poco más allá.
—Buscas esto dijo coloc