Ava Davis.
La universidad organizó aquel evento especial para homenajear a uno de los fundadores y donador principal.
La bandera ondeaba en la entrada del auditorio, y había mucho movimiento y tensión entre los organizadores.
Mientras algunas personas charlaban emocionadas sobre ver a ese importante empresario , yo me encontraba sentada en una de las sillas del fondo, desconectada del bullicio.
A pesar de mi deseo de estar presente, mi mente se había dispersado. La imagen de Liam y nuestra última cita pasaba por mis pensamientos.
Aunque la emoción del evento era palpable, prefería distraerme un poco. Saqué mi teléfono y le envié un mensaje de texto a Brad.
Lo último que necesitaba era quedarme atrapada en la monotonía del ritual de bienvenida.
Mientras esperaba su respuesta, me encontré, navegando sin intención entre las caras desconocidas del auditorio.
De repente, un nombre resonó en el aire: “Edwards Hills”.
Al escuchar ese apellido, sentí un ligero escalofrío . Era el mismo n