2- Una esposa para el Alfa

Ava Davis.

El Beta Jason tocó la puerta de nuestra casa,para entregar una tarjeta de invitación y un caja para Mel.

—El Alfa espera a toda la familia esta noche en su cumpleaños número  veinticuatro.

Esa noche la manada se vestiría  de fiesta.Mi madrastra me arrancó la caja de las manos y la destapó,era un traje para Mel. 

Con una nota que decía:

”Para la más bella y especial que conozco “

Los ojos de Camila se llenaron de ambición,había logrado lo que tanto deseaba.

Esa noche el Alfa la llevó aparte y le pidió que fuese su novia.

Ella aceptó,pero no todo terminaba allí,Liam tenía intenciones más serias.

El banquete dio inicio con un brindis del padre de Liam,él viejo Alfa Jacob.

—Bienvenido al cumpleaños de mi primogénito,salud por el Alfa de Resplandor.

Todos brindaron y aplaudieron,el corazón de Liam estaba rebosante de felicidad.

—Mel,delante de todos, te pido que te cases. conmigo —se arrodilló al hacer la propuesta.

Mel apenas podía articular palabras,la mirada de ambición en los ojos de su madre le hizo volver en sí.

Mel aceptó con actitud sumisa mientras su rostro brillaba al ver el anillo de diamante que él le ofreció, yo me sentí desaparecer completamente.

—Es hermoso. —Extendió su mano para contemplarlo.

—Te mereces lo mejor,salvaste mi vida.

Liam miró a mi hermana con cierta devoción,ella era su heroína.

—Sé que es apurado,pero está manada necesitaba una Luna. La boda será en tres meses.—La miró ilusionado.

Mel no sabía qué decir,Camila abrió los ojos de forma exagerada y le dijo:

—Hija,acompáñame al tocador.

Ella asintió con timidez,mi padre y el de Liam hablaron de negocios y posibles sociedades.

Yo pedí permiso y fui también al tocador,pude oír una conversación entre mi hermana y su madre.

—¿Qué pasará si me descubre que no fui yo?

—No creo que lo haga.

Camila le insistía en que se calmara o dañaría la sociedad de los Jones con mi padre. 

—El otro día me dijo que le había parecido más gorda aquella vez. 

—Supongo que le has dicho que dicho qué hiciste una dieta.

Aunque fueran mi familia,me asqueaba la actitud de Camila y Mel.

La alianza de las familias era inminente,mi padre estaba felíz,todos eran felices, menos yo.

Los días pasaban y cada vez la boda estaba más cerca.Mi humor no era bueno.

Para colmo de males tuve que soportar las burlas de Noah,que volvió a hacer chistes sobre mi peso.

Liam me defendía de las burlas de Noah,mientras  tomamos el té.

—Iré,por las galletas,voy volando.

—Querrás decir que iras rodando,gorda. —Se rió Noah. 

—Mi cuñada tiene un rostro angelical,¿que son unos kilos demás frente a su belleza?

Mel lo miró algo enojada y Camila se dio cuenta y me envió a la cocina a preparar la comida. 

—¿Intentas opacar a tu hermana? ¡Eres envidiosa!

No dije nada,no valía la pena porque conocía el final de todas las discusiones, Camila haciéndose la víctima y mi padre gritándome.

No me gusta guardar rencores, pero a veces mi madrastra abusa  de su poder.A veces creo que ella embrujó a mi padre.

En esa visita del Alfa y de su hermano,me esmeré mucho con la comida y el postre.

La cocina estaba llena de aromas que me resultaban familiares; un lento guiso burbujeaba sobre la estufa y las flores frescas adornaban la mesa del comedor. 

—¡Mírame cuando te hablo, idiota! —La voz de mi madrastra resonó fuerte, y en ese instante, sentí cómo su actitud se volvía sombría.

Con la bandeja llena de dulces en mis manos, bajé la mirada. Era más fácil así. 

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando, con un movimiento brusco, mi madrastra me hizo tambalear y la bandeja se volcó, causando un estruendo contra el suelo de cerámica.

—Limpia esta cocina y no vuelvas a aparecer ante los invitados— ordenó con frialdad. 

Su tono marcaba un límite claro e inquebrantable. Me agaché rápidamente, sintiendo el frío del suelo en mis rodillas, y comencé a recoger los fragmentos de galletas. 

Sentí el peso de su zapato de tacón alto presionando mi mano.

Camila, siempre estaba lista para aprovechar cualquier debilidad mía. 

—No eres nadie, Ava. Pobre gorda. No dejaré que ese Beta, te enamore porque Noah es mucho para una simple Omega como tú. 

Mis ojos se llenaron de lágrimas,no por Noah como ella pensaba,sino por Liam.

—¿Por qué me odias tanto, Camila? Yo nunca te hice nada.

Las palabras apenas salieron de mis labios. Pero no obtuve respuesta. 

La puerta se abrió de golpe. Era mi padre, y su presencia casi trajo un alivio momentáneo al caos, aunque era una salvación efímera.

—¿Qué pasa aquí? — preguntó, con su mirada recorriendo rápidamente el desastre en el suelo y luego deteniéndose en Camila, quien rápidamente tomó la iniciativa de explicar.

—Tu hija, amor, que es torpe— dijo, y pude ver cómo manipulaba la situación a su favor. 

Mi padre no parecía satisfecho. Al principio, creí que podía defenderme, pero esa esperanza se disipó.

—Ava, ¿qué ocurrió? —me preguntó, y pude ver en sus ojos el deseo de no querer problemas con su mujer.

El gesto de su desaprobación pesaba sobre mí como una patada.

—Se cayó la bandeja, papá— murmuré, sin poder mantener el impulso de dar detalles. 

No quería desatar una tormenta familiar ni empeorar las cosas. 

Camila se burló en un murmullo casi inaudible, demostrando que para ella esto era sólo un juego. 

—Debiste tener más cuidado — respondió finalmente él, sin mirar más allá de la superficie. 

Un escalofrío me recorrió y, por un momento, me sentí invisible, como si todos estuvieran hablando en un idioma que no podía entender.

La cocina volvió a sumergirse en un profundo silencio. Mientras trataba de limpiar con una esponja desgastada.

 Pensé en huir de mi casa,pero descarté esa idea,no tenía a donde ir.

Mientras las lágrimas volvían a formarse involuntariamente en mis ojos, seguí trabajando en silencio. 

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