97. Promesas en la oscuridad
Josephine se inclinó, ocasionando que sus senos rozaran el pecho de él mientras sus dedos desabrochaban el cinturón de cuero de Malcolm, liberando su pantalón. No había prisa esta vez, no como en el cobertizo, donde el miedo silencioso a ser descubiertos los había empujado a la urgencia. Aquí, en la casita del bosque, rodeados por la seguridad de su reencuentro, podían tomarse su tiempo. Ella deslizó el pantalón por sus caderas, revelando su erección, gruesa y prominente, Oh, Malcolm estaba tan excitado, la piel tensa y la punta húmeda lo dejaban muy en claro. Josephine sonrió, con sus dedos rozando ligeramente el enorme pene de él, arrancándole un gruñido bajo que resonó en la habitación.
De un momento a otro, la ropa quedó olvidada en el suelo de madera, y la luz de la lámpara bañaba sus cuerpos desnudos, creando sombras que se movían al ritmo de sus propios movimientos. Fue entonces que, Josephine empujó a Malcolm hacia atrás, haciéndolo recostarse en la cama, escuchando como las sá