Salomé terminó de leer el libro que tenía pendiente esa mañana, desayunó con Vito a su lado y escuchó a Robinson hablar sobre Maisner. Aunque era su sobrino, siempre destacaba su capacidad para echar a perder las cosas y su poco interés en aprender.

—Y volviendo al tema de Navir— dejó su copa y Théa arrugó las comisuras. —Los socios lo están viendo como posible sucesor y si la mayoría se unen...

—Théa puede tomar el cargo cuando te jubiles, si tan solo decidieras en convertirte en un tirano total— las palabras de Oriane parecían muy crueles, pero ninguno ponía en duda de su seriedad.

—Ese no es el caso, cariño. Porque sí hago eso, tendría que tener el capital para comprar sus acciones, porque es seguro que es lo primero que harían— mencionó. —Incluso Vidal se vendría contra mí.

—Tu hermano es un sujeto muy inestable. Apoya a uno o a otro— suspiró Oriane. —Podríamos poner en venta algunas propiedades para recoger el dinero. Si no se usa se invierte.

—Esas propiedades están enteramen