Capítulo 152. Quietud analista.
Llegó a la siguiente calle, se limpió la nariz y probó el auricular. Pero como lo pensó, estaba dañado.
Aunque no era necesario cuando vio al sureño que había ido por Moisés regresar con el brazo pegado al pecho, presionando su herida.
—Solo pude quitarle esto— mostró el celular soltando un quejido de dolor. —No sé cómo puede ayudar, pero he visto que es posible.
Johan lo observó, con la pantalla rota, aunque aún eran distinguible algunos mensajes. Fue al único chat que tenía y leyó todo. Enterándose de ese modo de algunas cosas que lo hicieron ver hacia las patrullas que rugían, aunque no fueran lo menos interesante de la situación.
—Sal de aquí. Estos policías están con ellos y no los van a capturar para llevarlos a prisión— dispuso.
El sureño asintió conociendo la zona le dijo hacia dónde ir para encontrarse con los suyos. En minutos, Johan estuvo en la siguiente calle, Adrián fue el primero en verlo, indicando que subiera al vehículo.
—Nos pasamos del tiempo— dijo Adrián ace