Capítulo 144. Humo negro.
—En nuestro proyecto no entran las especulaciones ni los espectáculos— expuso Lang. —Simple y sencillamente porque creemos que la atención de la ciudadanía no se capta con una pelea de egos.
La prensa sentía que se bañaba en oro al estar presente en la presencia de Richard en la tarima, donde era claro que esas palabras tenían destinatarios y, no eran los presentes.
Richard alzaba la voz, junto a su esposa que aún se mostraba reacia a perdonar lo que había hecho. Porque lo supo de mala manera que habían capturado a su hija. Un hecho imperdonable de su esposo.
Aunque Richard le hizo grabarse en la cabeza que el bienestar de Gillia dependía de lo perfecto que hicieran todo en escenario.
En pleno apogeo, aunque quería gritar que la ayudaran a encontrar a su hija, solo pudo sonreír y actuar como la esposa perfecta. Todo el mundo tenía una máscara, algunos por desespero como ellos, debían hacerlo mucho mejor.
A kilómetros de ahí, Marcelo había decidido acercarse a la mujer que sentía qu