—¿Te vomitó un Oompa Loompa?— la cara de Johan lo decía todo, pero Lina no pudo evitar verlo con humor.

Su imagen impecable había quedado atrás, ahora solo existía una mancha imposible de disimular, pues el candidato siempre tenía todo en su lugar y sin una sola pelusa sobre su traje. En cambio, ahora lucía muy diferente con parte de su rostro pegajoso, su camisa con un parche extenso que dejaba claro que eso no había sido accidente.

—¿Qué te pasó?— se tuvo que tomar la nariz para no reír.

—Una pequeña afrenta. Nada con importancia— se aflojó la corbata yendo a las escaleras, obviando el hecho de ver un mini Kael con un traje oscuro y un chaleco de su tamaño, caminando detrás de la rottweiler que huía de él.

Hasta el perro huía de lo que no podía controlar. A veces lo entendía.

Se dio un baño rápidamente, saliendo con la toalla envuelta en sus caderas. Esparció espuma para rasurar en su barbilla, mientras veía su reflejo, en lo que buscaba el rastrillo, recordó la causa de tener