Leandro
No era la mañana que esperaba. Demetry odiándome por una zorra descarada, mis suegros con la insistencia de no decirle nada a Liah; un asiático peligroso detrás de mi empresa y mi mujer y para cerrar con broche de oro; peleado con Liah por un pasado que ella debe recordar.
—¡Demonios! Ya nada puede salir peor.
Veo a Idel y le ordeno doblar la seguridad, y que no pierdan de vista a Demetry.
Llego a la empresa y el señor Lois ya me esperaba molesto porque Demetry no quiere ver a Kira, y me culpa a mí. Como si la sinvergüenza de su hija la manejara a mi placer.
—Veo que ya se vieron. Bonitos golpes.
—Me lo esperaba. Lo que me preocupa es que se le ha metido en la cabeza que quiere a mi mujer, que este matrimonio es un sacrificio a su amor por él y vive en un infierno.
—Mentira no es. — Este hombre —. Ese matrimonio fue para cubrir lo que ustedes hicieron.
—La culpa fue de su hija, no mía. Además, ¿no fue usted quien aprobó esa boda? Y la mía con Liah, fue por su machismo.
—No qui