Liah
Trato de procesar toda la información de los últimos tres meses en veinticuatro horas, ¿cómo si eso fuera posible?
—¿Está segura de lo que me estás diciendo? —vuelvo a preguntar. —Es un extraño para mí, ¿y si me mata mientras duermo?
—Liah, llevas viviendo con ese hombre por casi un mes, y te ves más hermosa, brillante, feliz, aunque sin memoria.
—Me siento extraña, me mira como si fuera de su propiedad y me quisiera comer. Y lo que dijo su hermano.
—Ignora al idiota de Demetry, es un tonto arrepentido de sus decisiones. —¡Qué enredo! —. Concéntrate en recuperarte, en recordar al gruñón de tu marido, eso sí vale la pena.
—Dice cosas muy atrevidas y extrañas.
—¿Atrevidas? Lo creo. Se ve que es sexy y te gusta; en cuanto a las cosas extrañas, ¿cómo qué?
—Mm. Un secuestro el día de la boda, la hija de un delincuente viviendo aquí, traiciones y una pelea con mis padres que no comprendo.
—Eso es verdad, y no preguntes de eso que no tengo ni idea. Lo único que sé es que hay una empresa