Leandro
Mi vida es una burla, veinte años de mentira. Me quitaron a mis padres en mis narices y no pude hacer nada. Liah lo sabía, ¿por qué no puede contarme las cosas? Si tanto me ama, ¿Por qué no confía en mí?
—Estás distraído—me susurra Aarón en plena reunión —. No has escuchado nada de la reunión.
—No han dicho nada que no sepa.
—Este negocio es importante, con lo que sucedió con HJ los inversionistas están a la expectativa.
—Lo sé, no me lo tienes que repetir.
Duramos unas horas más escuchando bobadas mientras me perdía cada tres segundos en la pantalla de mi teléfono a ver si tenía un mensaje o una llamada de Liah.
Pasé toda la noche tratando de ordenar mis pensamientos, de que era la responsable indirecta de la muerte de mi madre y que no confió en mí para decírmelo, tuvo que hacerlo frente a todos.
La amo, sin embargo, en este momento no puedo verla, necesito espacio, pensar las cosas. La necesito lejos de mí.
—¿Estás de acuerdo, Leandro?—Mencionó uno de los socios.
—Una vez qu