Liah
No sé de dónde me sale el valor, pero esos ojos, sus atenciones, su manera de ser tan tierno, cuidadoso y sexy me están haciendo perder la razón, o tal vez solo es el efecto del vino.
—Eres tan delicada, que me da miedo romperte.
—¿Tan brusco serías para romperme? —Digo jugando, pero si tengo algo de miedo al pensar lo que dijo Kira. Pero si esto es el principio, lo demás no puede ser tan malo.
—No es lo brusco, sino lo fuerte. Y aún no estás lista para ese nivel.
Sigue acariciando mi cuerpo con rosas, fresas y besos.
No soy tan tonta para no saber lo que sucede entre un hombre y una mujer, y cómo es el proceso, simplemente no me imaginé que sería tan… Que se sintiera tan maravilloso y él fuera tan delicado, romántico y perfecto, no solo físicamente.
—¿Qué piensas?
—En que eres un romántico y muy guapo.
—Pues este guapo tiene ganas de seguir contando y saboreando pecas.
—No creo que las estés contando.
—No me subestimas, mi rosa. Puedo estar distraído, pero no pierdo mis objetivo