LIAH
Al llegar al ascensor, veo a Kira sorprendida al verme.
—Increíble este hombre. ¿Qué?
—Nada, pensé que te irías con él.
—No puede aparecer de la nada, avergonzarme y creer que me voy a ir con él porque él lo dice, está muy equivocado.
—Tienes razón—dijo—. Hazlo sufrir, pero no abuses; el hombre es capaz de secuestrarte y, conociéndolo, me extraña verte aquí.
—Yo tampoco lo dudo; por un minuto pensé que iba a arrancar conmigo adentro del coche.
—Pobre Kalem, queriendo conquistarte y aparece el mismísimo problema.
—¡Qué vergüenza con él! —la golpeó en el hombro—. Tú también le seguiste la corriente a ese gruñón, no creas que no me di cuenta.
—Quise ayudar un poquito.
—No sé cómo sentirme con su regreso. Estoy confundida.
—Liah, lo amas. Él te ama, ya vino por ti; hazlo sufrir un poco, pero sé feliz. Ya quisiera que Carlos se aparezca y me reclame.
—¿Y si me vuelve a alejar? Y eso de que me ama, no me lo ha dicho.
—Ármate de valor y enfréntalo sin tapujos, dale un ultimátum y si no