Aaron retrocedió, pero sintió unos pasos que se acercaban, quería evitarla, pero supo que no podría
—Aaron, ¡Dios mío! Moría por verte, soñaba con verte —dijo Lilian y su voz era como titubeante, casi temblorosa, lo miraba con los ojos llorosos
Aaron sintió que estaba desbordado, temblaba, algo dolía, los recuerdos volvieron como un terremoto, imposible de detenerlo en su mente
«Flashback:
—Oye, Lilian, esto… va a pasar, yo… me curaré. —recordó que le dijo con optimismo, pero temblando de miedo tratando de contenerse para que ella no sufriera, acababa de despertar del accidente y se daba cuenta que estaba ciego
—No, Aaron, el doctor no da esperanzas, ahora eres un invidente, y lo serás por siempre, no puedo, ¡Juro que no puedo unir mi vida y sacrificarla a un… ciego!
—Lilian, íbamos a casarnos, ¿Sabes? En la salud, en la enfermedad, en las buenas y en las malas… no se abandona a quien se ama, no se le deja en el peor momento… —dijo con la voz llena de coraje
—¡Pero, yo no soy tu