—¡No te acerques! —exclamó apuntándolo
—¿Vas a matarme, Larissa? Vamos, atrévete, si eres tan valiente, tú no tienes las agallas —espetó Braulio burlón, atormentándola, y alterándola, estaba seguro de que Larissa no sería capaz de hacer un acto tan cruel
Larissa sentía que su mano temblaba, él tenía razón, ella no era tan fuerte, ni tan valiente, tampoco tenía una sangre tan fría, bajó la mirada, pero cuando él quiso acercarse volvió a apuntarlo
—¡He dicho que no te acerques, o te aseguro que se me escapará un balazo! —gritó
Algo vio el hombre en sus ojos, que temió que fuera capaz y se contuvo, de pronto Damiana entró tras él
—¡¿Qué es lo que pasa aquí?! Larissa, ¡Te has vuelto loca! Baja esa m*****a arma.
—¡¿Qué hacen aquí?! —exclamó—. ¡Digan que hacen aquí o los mataré a los dos! —sentenció
Damiana la miró irresoluta
—¿Serás capaz de disparar a tu propia hermana? —preguntó con mofa
Larissa disparó a la ventana, haciendo los vidrios crujir, hizo que ellos pegaran tal susto,