**KLAUS**
Su indiferencia solo alimentaba mi rabia, esa ira que se acumulaba desde hace días, meses, incluso. Pero también era un pretexto, un justificante para lo que estaba a punto de hacer.
—Mi boda con Úrsula… —mi voz se cortó un instante, pero me reforcé—. Es genuina, no quiero que la sigas hostigando.
—Malnacido, ella no te pertenece. La crie para un fin, que no tiene nada que ver contigo.
En ese momento entendí que esa promesa que hice, esa línea de respeto y protección, se me estaba escapando de las manos. Los beneficios que pensaba obtener, los acuerdos, lo que me prometieron… nada valía la pena si eso significaba que Úrsula pudiera seguir en esa jaula de amenazas.
—No lo entiendes aún, sin embargo, te destruiré si tocas un mísero pelo de su cabeza —dije con la voz firme, dejando que mi tono subiera, que mi determinación se sintiera en cada palabra—. Y no solo por ella. Es por mí, por lo que esto significa.
Diego intentó poner esa máscara de calma que solo conocía cuando est