**KLAUS**
Yo solo podía acompañarla, sostenerla en silencio mientras el peso de la realidad se hacía más pesado, más tangible. Y en esa espera, comprendí algo más profundo: que la vida, con toda su crueldad y su belleza, siempre termina revelando sus secretos, y que el valor de enfrentarlos, por difíciles que sean, siempre será la única opción verdadera.
No estaba preparado para verla así. Desde el momento en que cruzamos las puertas del hospital, su paso se volvió más lento, sus manos temblaban apenas perceptibles, su respiración se volvió irregular. Pero fue al entrar a la habitación cuando todo cambió.
Diego Meyer estaba ahí, inmóvil, atrapado en un mundo de tubos y máquinas que mantenían su cuerpo funcionando mientras él apenas luchaba por seguir en este mundo.
Úrsula se quedó quieta. Por un instante, pensé que se quedaría de pie, que mantendría esa postura firme que había aprendido a usar como escudo. Pero entonces, sin previo aviso, su cuerpo pareció perder fuerzas, y cayó de ro