**KLAUS**
Sus ojos, llenos de incertidumbre segundos antes, se encontraron con los míos. En esa mirada, pude discernir una aceptación silenciosa, una capitulación sin palabras a la situación. Parecía resignada a su destino.
Una sonrisa se dibujó en mis labios. Sabía que la victoria era inminente, que el tiempo jugaba a mi favor. El camino estaba allanado. De regreso a la suite, mientras nos deteníamos frente a la puerta, justo antes de despedirme de ella, una idea cruzó mi mente. Una posibilidad que no había considerado antes.
—¿Te importaría que pasara un instante? —pregunté, buscando disimular mi repentino interés.
—Por supuesto, adelante, entra —respondió ella con una confianza que me sorprendió. Parecía no sospechar nada, o tal vez simplemente no le importaba.
Me acomodé en el sofá, buscando una posición relajada. La invité a sentarse a mi lado con un gesto sutil de la mano. Sonreía con timidez, un rubor delicado coloreando sus mejillas cada vez que me acercaba, demostrando que aú