CAPÍTULO 14

JULIÁN

La última semana de clases pasó volando. Había terminado el domingo comiendo helado con Montse y su abuela. No era precisamente mi plan ideal para cerrar el fin de semana, pero disfruté mucho ese rato con ellas.

Y ahora era sábado. No cualquier sábado: hoy era el baile de graduación. Las chicas se habían reunido desde temprano en un salón de belleza para alistarse. Nunca entendí por qué necesitaban tantas horas para prepararse. La fiesta empezaba a las ocho de la noche, así que con empezar a alistarme a las seis y media estaba más que bien. Montse y yo habíamos quedado en vernos directamente allá, así que no tenía que pasar por ella.

Pasé el día sin hacer nada. Las horas parecían eternas hasta que, por fin, dieron las seis. Me duché, me vestí, me puse un poco de perfume y estaba listo. Iba a ir solo; mis padres asistirán con los abuelos de Montse, ya que son buenos amigos.

Cinco minutos antes de las siete, mi teléfono empezó a sonar. En la pantalla apareció el nomb