Punto de vista de Adrián
Por fin, mi tío había organizado la reunión con los socios para el día siguiente, y empezó en una hora. Como siempre, no nos revelaron la ubicación con antelación; así evitaríamos que nos descubrieran y, si lo hacían, sabríamos quién había sido.
No había visto a mi madrina desde que intenté disculparme, aunque no dejé que olvidara mi presencia. Como no lo había olvidado, quise asegurarme de recordárselo, así que me encargué de que Benny le enviara una flor en cuanto amaneciera, cuando estuviera de camino al trabajo.
La noche anterior la había estado vigilando un poco con las cámaras y parecía estresada por algo. Ojalá hubiera acudido a mí; lo habría solucionado en un instante.
Justo antes de la reunión, sonó mi teléfono con un mensaje y vi que era la ubicación. Era un lugar que me resultaba familiar, aunque los demás no, y en cuanto lo supe, salí de casa.
No había prensa, lo cual agradecí, pero incluso si la hubieran tenido, no me habrían reconocido. Llegué a