Lexi aparcó junto al coche de Tyler, con el corazón latiéndole con fuerza en los oídos al ver su alta figura salir del porche trasero. Solo pensar en su presencia le calentaba el cuerpo. Un profundo temblor comenzó en su interior, porque sabía lo que harían y lo deseaba con todas sus fuerzas.
La puerta de su coche se abrió: "Hola, cariño. Bienvenida a casa".
Respiró hondo y cogió el bolso y los archivos que se había llevado al trabajo. En cuanto salió del coche, Tyler la atrajo hacia sí y hundió la nariz en su pelo.
"Mmm, hueles bien. Te he echado de menos".
Era cálido y firme, delgado pero fuerte. Cerró los ojos, sintiendo que parte de la tensión se disipaba. "Vamos. Hace frío. Entremos".
Lexi lo miró y contuvo la respiración al ver el calor y el deseo en su mirada. ¿Sería siempre así? Tyler bajó la cabeza y le dio un beso en la boca, que se prolongó, buscando más cuando sus labios se separaron y él pudo deslizarse dentro. En cuestión de segundos, ambos respiraban con dificultad y Ty