Tiró al contenedor lo último que había sacado de la casa, y retrocedió de un salto cuando un abejorro zumbó tan cerca de su cara que sintió la brisa que creaban sus alas. El corazón le latía con fuerza en el pecho y el aire salió de sus pulmones a borbotones, y se rió de su tonta reacción.
Pero era una reacción similar a la que sentía con Tyler. Nunca admitiría el nudo en la garganta, el hormigueo y el corazón en la garganta que sentía cada vez que él estaba cerca. Aun así, era cierto, y si las semanas con Tyler la dejaban tan desorientada, ¿cómo sería un año? ¿Dos? Tenía que mantenerse fuerte, no dejar que la agotara. Se cansaría de sus cambios de humor, su bagaje y sus problemas estúpidos, y se marcharía para siempre. Era solo cuestión de tiempo. Quizás Lily tenía razón en algunas cosas, pero definitivamente se equivocaba en otras.
Nada valía el miedo a amar algo que no se podía controlar. ________
Tyler sintió la mirada de Paul y se preparó. "Sea lo que sea, dilo".
El padre de Lexi