C103-¿Y QUIÉN LO VA A EVITAR?
Elizabeth se levantó antes del amanecer con los ojos ardiendo de cansancio. Había pasado la noche en vela, incapaz de dormir después de lo que había ocurrido con Gideon. Su cuerpo lo anhelaba en secreto, tanto que terminó consolándose sola y lo odiaba por tener ese poder sobre ella, por necesitar su calor, su peso encima de su piel, pero juró que nunca se lo demostraría.
Atendió a los bebés como pudo, hasta que la casa comenzó a despertar y Melinda apareció bajando las escaleras con un traje de baño rosa y un par de flotadores enormes que le colgaban de los brazos.
—Hola, Eli —canturreó la niña.
—Hola, cielo. ¿Y eso? ¿A dónde vas?
—Bueno... pensé que podíamos ir todos a la piscina. El día está soleado y... —la observó de arriba abajo con dramatismo—. Tú estás muy blanca, Eli, ya casi te pareces a Edward Cullen.
Elizabeth contuvo la risa al instante, porque Melinda estaba obsesionada con esa película de vampiros y juraba que se casaría con uno algún día, s