Y llegó el gran día más esperado para todos y para Luisa, al fin se iba a casar con el hombre que tanto amaba. Ni sus padres ni los de Richard escatimaron en gastos a la hora de festejar y celebrar.
Tenía que ser el acontecimiento social del año, aún estando en el comienzo de la guerra.
Todos estaban muy felices menos Richard que sólo pensaba en Mark.
¿Dónde estaba?
¿Que sería de la vida de el?.
Desde aquella fatídica noche que cometió la torpeza de pegarle y agredirlo no había vuelto a saber mas nada de el.
Richard se encontraba solo en el salón observando hacia el horizonte pensando y hablando con el mismo. De pronto aparece Luisa su prometida y futura esposa y le dice:
¿Que tienes casi esposo?
¿Porque tan calladito?
Richard le contesta:
Nada mi amor, pensaba en nosotros, quédate tranquila.
Luisa le da un beso en la mejilla y continúa revisando las mesas y el lugar donde sería la boda, allí no podía faltar nada mucho menos las flores rojas que tanto le gustaban.
Comienza la misa, la boda por la iglesia todo fue hermoso. Entre tanto Richard caminaba con la novia hacia el altar como si fuera un cuerpo sin alma, un robot, tenía de todo menos cara de ser feliz.
Nadie sabía todo el infierno que llevaba por dentro en ese momento únicamente el, luchando contra sus demonios para poder dominarlos.
La fiesta continuo, todos bailaban, gozaban y tomaban mucho.
Por supuesto Richard tomo hasta embriagarse, fue tanto lo que se tomó que perdió el conocimiento y se desmayo recobrando lo hasta el siguiente día.
Así fue que entonces se lo llevaron de la fiesta y esa noche no pudieron consumar el matrimonio.
Luisa se sintió muy decepcionada por lo que hizo su esposo precisamente el día de la boda.
Pero estaba segura que pronto la consumirían porque estaban casados, pasaría en cualquier momento era cuestión de tiempo.
Al día siguiente luego de la resaca y ya bastante mejor, Richard le pidió perdón a su esposa por lo que le había hecho y le prometió compensarla en la luna de miel.
Por la situación que se estaba empezando a presentar por la guerra, no pudieron sino ir a un hotel con piscina al otro lado de la ciudad, donde pretendían pasar una semana.
Richard durante los dos primeros días de la luna de miel, no cumplió con su promesa de hacerla feliz, siempre inventando excusas para no estar con ella.
A la larga hizo su mejor esfuerzo y consumo el matrimonio ya no podía inventar más mentiras ni pretextos para no estar con ella. Luisa no era ninguna tonta.
Adelantaron el regreso a casa, porque cada día estaban más fuertes los rumores de que una invasión a gran escala venía y nadie la iba a detener.
Todavía no estaban en cuenta ni se imaginaban la magnitud de lo que venia, la guerra era inminente, los grandes problemas que le traería al mundo y a la gran mayoría de los seres del planeta eran de proporciones inimaginables.
Fue llamado a estar atento, en cualquier momento tendría que ir a formar parte de las filas de los alemanes ya que pertenecía a ese pelotón militar y estaba preparado.
Tendría que formar parte de esa guerra que tiempo después se convertiría en Holocausto.
Después de la luna de miel se instalaron en una casona que los padres de de Luisa le regalaron a los recién casados, solo le faltaban algunas remodelaciones de las que Richard seria el encargado.
Está casona quedaba bastante alejada de la ciudad casi muy cerca de donde vivía Mark.
La vida allí transcurrió no muy agradable para Luisa, ya que su esposo con la excusa de que tenía que hacer las remodelaciones de la casa con rapidez porque pronto sería llamado a participar en la guerra, la dejaba sola hiendosw muy tempranito todos los días a trabajar y llegando hasta muy tarde.
No estaba pendiente de las necesidades de su esposa, ni le importaba ella para nada, estaba allí era su esposa pero no era importante para el.
Por otro lado Luisa se volvió sumisa a su lado, lo quería hacer feliz y el no la dejaba, tampoco sabía cómo hacerlo. Se conformo con cumplir el rol de la señora de la casa.
Obediente, un ser domado, se sentía culpable del hasta ahora fracasado matrimonio, de que no funcionara.
Antes las mujeres soportaban muchas humillaciones y vejaciones de parte de los hombres.
De igual manera Richard continuo con su matrimonio, a veces se reunía con los obreros que estaban remodelando la casa e invegerian mucho licor, regresando ebrio a la casa.
Así embarazo la primera vez a su esposa, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo pero la embarazo, lo mismo hizo las otras dos veces que la embarazo, en esos momentos nunca estuvo sobrio.
Su esposa nunca llegó a cuestionarle su actitud se quedó sufriendo sola y callada, a final de cuentas le dió los hijos que ella quería, no importaba más. Para estar con el se anulo como persona.
Una vez que los niños fueron creciendo, el no tuvo que evitar tener sexo con ella, ya que ella no se lo exigía.
Su esposa volcó todo el amor que necesita darle a el, en sus hijos, de allí en adelante la intimidad para ellos quedó en segundo plano, ya no era importante lo que el hacía o dejara de hacer.
Richard se convirtió en una persona fuerte, déspota, agresivo, de mal carácter, como sus padres querían. Gritaba, mandaba y castigaba cuando no era obedecido.
Ingeria mucho licor, amanecía en bares y fiestas con mujeres, a pesar de que no estuviera sexualmente con ninguna de ellas.
Dejó de visitar estos lugares cuando el régimen del gobierno Nazi comenzó a eliminar todos los centros de reuniones de los ciudadanos, buscando homosexuales y judíos para apresarlos o llevarlos a campos de concentración.
Todavía no comenzaba la guerra a gran escala, por esta razón solo iba al destacamento a presentarse y lo mandaban de regreso a casa a la espera de que lo llamarán.
A su esposa nunca le pasó por la mente, ni tenía la más mínima idea de que su esposo pudiera ser gay, sobre todo por el carácter tan recio que tenía, nadie jamás lo podía imaginar.
Al morir sus padres se convirtió en el hombre más rico y poderoso de la región. Sus padres eran dueños de una inmensa fortuna que el heredó por ser hijo único.