Después de tomar sus pastillas, Liliana se pudo tranquilizar, aún lloraba, pero era un llanto silencioso. Theodore ansiaba terminar ese trago amargo, pero, sabía que debía poner todas las cartas sobre la mesa.
- Liliana, estás comenzando a trazar una nueva vida, pero… Aún no cierras el ciclo de la vida que llevabas en México y aquí es donde te pregunto qué quieres hacer.
Liliana levantó la mirada y lo quedó viendo desconcertada.
- ¿Cómo? ¿A qué te refieres?
Robert intervino en el tema, sabía que esta era la parte que a él le tocaba decirle, la cual era por ambos caminos que tomara, la que le tocaría hacer a él.
- Lili, en esta carpeta tenemos todo para meter a la cárcel a tu padre. Aquí hay evidencias incluso de cosas que ni tu padre se podría imaginar.
Tú fácilmente podrías ganar una demanda en su contra, por muy influyente que sea, él no tendría cómo negar las acusaciones que interpongamos en su contra.
- Pero… -dijo Liliana, sabiendo que siempre hay un, pero.
- Al hacerlo,