- ¿Te hice correr? -preguntó Luis saludando a su hijo con un abrazo.
- No, la verdad es que ya estaba cansado y ya no era productivo, pasa, ¿Quieres un trago?
- Sí, por favor…
- ¿Has estado viendo lo de la investigación de Liliana?
- ¿Cómo?
- Sí, hoy no te vi en la oficina, supuse que habías ido a la fiscalía por información. -dijo Thiago mientras le servía un trago.
- No, no, para eso puse al abogado de la familia para ir a presionar. -dijo Luis con calma.
- ¡Oh! Ya veo…
- He estado viendo lo de su herencia. -dijo Luis sin remordimiento.
- ¡Ah, ya! ¿Cómo va ese tema?
- ¡Mal! ¡Muy mal! Sin Liliana, sin su huella y firma, el dinero que tengo guardado ahí en su fideicomiso, no le será entregado y será donado a instituciones de beneficencia.
- ¿Cómo? -dijo Thiago sorprendido.
- Sí, necesitan forzosamente la firma y huella de Liliana.
- Pero ella no está…
- Ese es el tema. -dijo Luis con preocupación y cansancio evidentes.
- Bueno, padre, no creo que sea para tanto, no creo