Con los primeros rayos de sol, Heinrich y Dayana se levantaron, recogieron las pocas cosas que habían llevado y tomaron camino de nuevo a su realidad.
- Dayana… -dijo Heinrich al verla mirando hacia la ventana.
- ¿Sí? -respondió sin voltear a verlo.
- ¿Tienes algún plan?
- ¿Cómo? -preguntó Dayana sabiendo la respuesta.
- ¿Has pensado en qué harás a partir de ahora?
- Hmm… Precisamente vengo pensando en eso… -dijo ella mirando hacia la ventana.
- ¿Qué has pensado? ¿Se puede saber?
Ella sonrió de una manera tranquila y dijo:
- Primero que nada, debo buscar dónde vivir, porque a esa casa no pienso volver, luego, supongo que buscaré un trabajo, lo que sea, por mí está bien; además, hay algo muy importante que debo hacer, debo hablar con Rui. Él debe saber la verdad, debo ir a verlo en persona, no quiero que su padre vaya y le dé una idea errónea de lo que sucedió.
- ¿Te puedo ayudar en algo?
Dayana volteó a verlo, sonrió y dijo:
- Heinrich, agradezco mucho todo esto, pero… No,