Habían pasado un par de días desde que Liliana se dio cuenta de que Gabriel siempre había estado en México. En aquellos días, la joven había buscado la ubicación de la empresa donde trabajaba Gabriel, fue curioso, porque con un solo clic, la información apareció frente a sus ojos.
¿Qué haría con ello? Era claro, iría a buscarlo, pero, era obvio que no iba a llegar y él la atendería en cualquier momento.
- El señor Garza Gonzaga está ocupado, debe sacar cita. -dijo la recepcionista mirando a Liliana con desdén.
Esas habían sido las palabras de una chica que no tenía ánimos de ayudarla a verlo, ni de darle acceso al elevador que la llevaría a su oficina.
- El señor Gonzaga no está, pero ¿Gusta sacar una cita? -preguntó una recepcionista diferente y más amable en otra ocasión.
Poco a poco se dio cuenta de que verlo no sería tan fácil como creía, más cuando el hombre se la pasaba en juntas o salidas.
Liliana veía cómo los días pasaban y no podía acercarse a él, estaba claro que, 4 años, h