Dayana despertó a altas horas de la noche, las terribles imágenes de la muerte de Liliana pasaban una y otra vez por su cabeza, ella despertó, se incorporó, luego, abrazó sus piernas y comenzó a llorar.
Hacía varios días en los que su habitación había quedado lista, por lo que nuevamente dormía ahí sola.
Tal como cada noche, se despertaba en medio de la madrugada y sentía que el corazón se le salía de dolor, ella no podía sola con este tema.
Ella realmente se estaba muriendo en vida, solo dibujaba una sonrisa cuando estaba delante de Rui, pero luego de ello, se derrumbaba y no podía más, al menos no, hasta que su hijo volvía del colegio.
Thiago ya había hablado con ella en varias ocasiones, pero pareciera ser que Dayana no podía entender.
Esta noche fue distinto, ella lloró por largo rato y en uno de sus pensamientos estaba su amiga, sí, ella que confiaba ciegamente en todo lo que Dayana decía.
Ella, era la única persona que la veía con otros ojos, ella se había ido y no importaba cuá