Lucas
El teléfono quedó en mi mano varios segundos después de que la llamada terminó.
No me moví.
No hablé.
Sofía, la mujer que estaba a mi lado, me había dado la espalda murmurando algo como "apaga esa alarma." Ahora dormía, o al menos fingía hacerlo.
Yo no podía dormir. No después de eso.
Las palabras de Max no eran normales. No sonaban a él.
Al menos, no a su versión real.
“La vida es tan efímera…”
No era una reflexión filosófica. Era una alerta.
Un grito camuflado.
Max estaba en peligro.
No tenía idea de cómo ni por qué, pero cada frase me había dejado algo clavado en el pecho.
“Paulina no va a regresar…”
Eso no era resignación.
Era una pista.
Me decía que Paulina estaba de su lado... o que al menos no era parte del peligro. Que podía confiar en ella.
“Ahora estoy con Lucile…”
Ahí supe quién estaba detrás de lo que fuera que estaba ocurriendo.
Lucile.
La mujer más manipuladora que había pisado este maldito mundo. El veneno disfrazado de seda.
“Ella y Magda son mi prioridad…”
Él