MATTHEW GRAYSON
99.98% de coincidencia genética. Mateo era mi hijo, pero en vez de responder preguntas, solo las aumentaba. Caminé por la casa que recién acababa de adquirir, porque no planeaba abandonar el país hasta resolver esos tres años de oscuridad.
—¿Señor? —preguntó Carl acercándose con cautela, como si temiera romper mi silencio—. Tengo el número de su abogado, bueno, exabogado.
Extendió un papel que parecía arrancado de una libreta. Cuando pasé mi mirada por los números lo reconocí, era de él, de Erick. No solo se hacía cargo de todos mis pendientes legales, sino también de algunos asuntos importantes en la empresa.
Saqué mi teléfono y lo llamé sin perder más tiempo. El timbre de llamada se extendió por más tiempo del que esperaba. Era como si del otro lado, Erick estuviera dudando en responder, hasta que por fin la llamada entró, pero no escuché su voz.
—¿Erick? —pregunté confundido y el silencio se alargó por un par de segundos más.
—Vaya… Por fin te dignas a dirigirm