JULIA RODRÍGUEZ
¡¿Cómo podía comportarse de esa manera?! ¡¿Cómo podía verme a los ojos y fingir que no me conocía?! ¡¿Lo estaba haciendo adrede?! ¡¿Quería demostrarme que el tiempo que estuve a su lado no le importó, ni siquiera lo guardó en su memoria?!
¿Tanto me odiaba?
A sus ojos lo había engañado, lo había abandonado y había tenido un hijo con otro hombre. Tal vez esto era lo mejor si íbamos a trabajar juntos.
—¿Tan desesperado estás que no te importa trabajar conmigo con tal de arreglar el problema en tu empresa? —pregunté deslizando mi mano de entre sus dedos, llevándome su calor en mi piel, consiguiendo que mi cuerpo temblara por los recuerdos que aún daban vueltas en mi cabeza.
Nunca pude sacarlo de mi corazón después de cinco años y