MATTHEW GRAYSON
Tenía que distraer mi mente en algo. No podía dejar de darle vueltas a lo ocurrido con Carl y Rita. Intenté llamarlo cuando salió de la mansión, al principio dejó que mis llamadas sonaran sin contestarlas hasta que por fin me bloqueó. Entendía que estaba desolado por lo que le ocurrió a Rita, pero Santiago tenía razón, Rita nos iba a llevar a nuestra perdición con sus caprichos y exigencias, si fue capaz de secuestrar a Liliana, que nos esperaba a los demás, ¿qué le esperaba a Julia y a mis hijos? Rita no pararía.
—Llevas horas detrás de esa computadora —escuché a Julia desde la puerta del despacho, llevaba un par de cafés y me sonrió con timidez antes de entrar. Por un breve momento recordé cuando &eacut