Plan alternativo.
La cabaña quedó nuevamente en completo silencio, iluminada esta vez, por las luces del taxi aparcado al frente.
Alan encendió una pequeña lámpara junto al sillón. La luz amarilla reflejó el rostro de Anya y Alan pareció respirar por primera vez, desde que ella llegó.
Ella se sentó frente a él, con las piernas cruzadas. Él, no uso evitar notar que la tristeza en su rostro seguía siendo la misma.
Alan apoyó los codos en las rodillas con el cuerpo levemente inclinado hacia ella.
—Dime que realmente eres tú, que no eres una ilusión. —Murmuró él casi como una súplica.
Ella sonrió y asintió. Él aprovechó ese momento para levantarse rápidamente en ir por la pistola que había caído al suelo.
La tomó y la guardó entre su cintura y el pantalón. Anya ni siquiera le prestó atención, estaba más concentrada en los recuerdos de ese lugar que llegaban a ella junto al sentimiento de nostalgia.
—Pensé que no volvería a verte. —Murmuró Alan, tomando asiento nuevamente frente a ella. Anya, por fin