**Jasper** Me desperté con el cielo gris y el alma ligera. Hoy no tenía clases (ya me gradué hace meses, gracias a Dios) y, por primera vez en semanas, tampoco turno en el restaurante. Día libre. Oro puro.Llegué al apartamento, tiré la chaqueta en el sofá y abrí la nevera.—Vacío como mi cuenta de ahorros —me dije riéndome solo.Agarré las llaves y bajé al supermercado de la esquina. Cargué camarones frescos, pasta fettuccine, crema, vegetales, una botella de champagne barato pero decente y una bolsa de plátanos verdes pa’ los tostones. En esta casa no se jode con la sazón.Volví, puse Aventura bajito y me puse a limpiar como loco. Aspiré, barrí, trapeé, até el baño con el ambientador de lavanda que Lena dejó. Quería que cuando ella entrara dijera “coño, este hombre sí sirve”.A las seis la cocina ya era un paraíso: pasta en salsa blanca con camarones dorados, tostones crujientes, ensalada con vinagreta de mostaza y miel. La mesa puesta, luces bajas, todo listo.**Elena** La lluv
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