El mundo se me dobló sobre sí mismo.Cerré la puerta, bajé las persianas, desactivé las notificaciones del panel externo, y recién entonces, respiré.Hice clic.El archivo tardó demasiado. No era un video, no era un PDF, no era una foto simple. Era algo que mi computadora no sabía si abrir, leer o rechazar. Algo diseñado para que yo supiera que alguien había entrado en mi vida sin pedir permiso.Al final, la pantalla titiló. Solo un fragmento se abrió: Una foto borrosa, granulada, captada desde lejos. Tardé dos segundos en reconocer lo que estaba viendo.Mi antigua casa. La casa donde viví antes del accidente de Caelan, antes del divorcio, antes de escapar. No había fecha, ni datos adicionales. Solo la imagen.En la esquina inferior, un coche oscuro estacionado. Y en el borde derecho, una silueta masculina. Alargada por la distancia, irreconocible. Pero había algo en su postura, algo demasiado quieto para ser casual.Entonces, la segunda imagen se cargó. Esta vez casi dejo de respirar
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