Abrí los ojos por completo. Estaba en una suite privada, y a mi lado, en una cama idéntica, estaba Nicolás Montesco. Estaba pálido, pero despierto y con una bata de hospital. Nos observaba un doctor Beta de cabello gris, con una expresión de fascinación y absoluto terror.— Doctor, ¿qué pasó?El Beta asintió gravemente, mirando los monitores.—Tuvieron un evento de colisión feromonal, Señorita Navarro. Una reacción extrema.Me senté, sintiendo un nudo de miedo y rabia en el pecho. — Colisión... ¿qué?—Verán — explicó el doctor, ajustándose las gafas—, su caso, Señorita Navarro, es único. Usted no es una Omega "sin aroma", sino una Omega Dominante. Su cuerpo no produce las feromonas dulces habituales, sino que está diseñado para absorber y contener cantidades masivas de feromonas Alpha. Es como una aspiradora biológica.— Y él —c ontinuó, señalando a Nicolás, quien no dejaba de mirarme —, tiene un desborde incontrolable de feromonas Alpha Dominante. Es la enfermedad silenciosa de su li
Leer más