Cindy Cuando me giré bruscamente, con el corazón todavía latiendo desbocado, lo vi: Bruno. Sin saber por qué, me sentí automáticamente protegida. Su presencia llenó el espacio con esa mezcla de autoridad y calma que siempre lo rodeaba. Estaba vestido de traje oscuro, como si acabara de salir de una reunión importante. Incluso en medio de la penumbra, su figura irradiaba poder y control. —Cálmate, soy yo —repitió con su tono bajo y seguro, soltando mi brazo con cuidado. Quise relajarme, pero mi mirada seguía fija en la puerta, donde había visto a ese hombre vestido de negro. Sin embargo, cuando volví a mirar, la entrada estaba vacía. Me mordí el labio, intentando no parecer una paranoica frente a él. —¿Qué ocurre? —preguntó, acercándose un paso más. Sus ojos tricolor se clavaron en los míos, buscando una respuesta. —Nada, nada. Solo… —tomé aire, buscando rápidamente una excusa—. Creí que estaba sola. Bruno frunció el ceño, claramente dudando de mi explicación, pero no insistió. E
Leer más