John
John permaneció inmóvil, mirando por la ventana, ajeno al hermoso jardín, y pensó con amargura en el comportamiento de Elizabeth.
Ella no gritó. No discutió. No se hizo la víctima. Lo aceptó todo con esa maldita mirada resignada. La mujer lo intrigaba.
"¿Por qué no reacciona como las demás?"
Esperaba desesperación. Manipulación. Una escena dramática, o usar encanto barato, o algún intento de fingir sensibilidad para atraerlo. Pero en cambio... ella simplemente permaneció en silencio.
Cerró los ojos por un momento, la imagen de ella resonando tras sus párpados. Recordó el momento en que había encontrado a esa mujer encantadora, dulce, sencilla, con esa mirada angelical...
Hasta que descubrió el contrato, las cláusulas frías y calculadas, la "negociación" que lo había colocado en un matrimonio que había imaginado muy diferente.
"Ingenuo... idiota", murmuró para sí mismo, abriendo los ojos de nuevo. John se apartó de la ventana con un largo suspiro, metiendo las manos en los bolsill