La partida de Walsh fue como retirar un enorme dique que había contenido no solo la creatividad, sino también la energía latente de su equipo. Lo que siguió no fue una simple aceleración; fue una transformación fundamental en la dinámica del proyecto piloto. La "Nueva Máquina", como Olivia llegó a pensar en ello, estaba en marcha, y su motor era una combinación potente de lealtad, propósito compartido y una líder que, por primera vez, confiaba plenamente en ellos.Las reuniones ya no se celebraban en la fría sala de juntas de Nueva York, sino a través de pantallas que conectaban a Olivia en su oficina con el corazón palpitante de la obra en Boston. Clara, ahora con el título oficial de Directora de Diseño, dirigía las actualizaciones con una autoridad tranquila y competente que inspiraba confianza. Mark, convertido en el principal enlace de ingeniería, presentaba soluciones, no problemas. Lena coordinaba la logística con una eficiencia que dejaba boquiabilos a los proveedores más vete
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