Pero Anthony no respondió. Simplemente lo observó, el juicio ya sellado en su mente.—Te has condenado solo, James.Y con esas palabras, Anthony dio media vuelta, dejando que el peso de los hechos cayera sobre su abuelo, quien ahora veía a su hijo con una mezcla de horror, tristeza y una devastadora sensación de traición.La mansión Ross, antes un símbolo de poder y legado, ahora era el escenario de una verdad oscura y desgarradora que amenazaba con destruirlos a todos.Anthony, con los ojos llenos de furia, le hizo una señal a uno de sus hombres. No podía permitir que James escapara sin pagar por lo que había hecho, pero antes de ocuparse de él personalmente, quería que sus hombres le enseñaran una lección. James había traicionado a su propia sangre, había matado a sus padres por poder, y ahora Anthony no tendría piedad.Cuando James vio que los hombres de Anthony avanzaban hacia él, sus ojos se llenaron de terror. Conociendo la crueldad de su sobrino, sabía lo que le esperaba. Por p
Leer más