Mi padre a muerto, y nos ha dejado una fortuna incalculable. Somos tres hermanos, la del medio; Laura, está casada y es médico cirujano. El menor es Asdrúbal, tiene 18 años y vive una vida algo descontrolada; fiestas, derroche, sexo. Y luego vengo yo, Daniela, la mayor, tengo 30 años y la heredera de toda la fortuna Delacrox. Mi padre al morir dejó un testamento. Hace unos días se leyó y todos quedamos locos. El día que se leyó el testamentoEstábamos todos en una sala de una de las oficinas más grandes del edificio que pertenecía a mi familia, el abogado sentado a la cabecera y frente a él estábamos, mi mamá, mis hermanos, y yo. El abogado se acomodó los lentes y leyó:—"Los amo mucho. Son mi familia, y sé que a partir de mi muerte querrán hacer cosas con mi fortuna, fortuna que yo he trabajado desde que tengo 15 años. Ahora a mi edad y con esta enfermedad, se que mis días están contados. Nunca fuimos una familia feliz, nunca fuimos unidos. Y por eso he creado este testamento. Part
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