POV LucianaMientras mi mente seguía en blanco después de escuchar aquellas palabras, vi cómo mi jefe movía las manos frente a mí y su rostro comenzaba a fruncirse. Entonces decidí hablar:—Ja... creo que no lo oí bien, señor. ¿Qué acaba de pedirme?—Lo que escuchó, señorita Rivas. Necesito que se case conmigo... bueno, no casarnos realmente. Hacerles creer a todos que estamos comprometidos, y luego, una vez que tome la presidencia, romperemos el compromiso.Vi en su rostro que no había ni un rastro de duda en lo que me estaba pidiendo, y fue entonces cuando una risa histérica, sin gracia, escapó de mis labios.—Ja... ja... ja... señor Richard, veo que hoy sí que se levantó de muy buen humor.—Estoy hablando en serio, señorita Rivas. —Guardé silencio y él agregó—: Lleva trabajando para mí los últimos cinco años. No tiene vida personal, ni novio, ni vicios. Es de perfil bajo, muy discreta... Eso me gusta, y es justamente por eso que ha sabido mantenerse a mi lado. No quiero una relació
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